Hoy he tenido dos momentos gloriosos...



Uno: Pablo (con gafas) ha venido a comer invitado por Iñaki, mi hijo.



Aprovecho para agradecer la visita.



Dos: He ayudado a terminar de montar la exposición a la que ayer os invité.
La inauguración era a las siete y media, y diez minutos antes la gente seguía trabajando.




Todo un privilegio que quiero compartir con vosotras.

Os invito a una exposición...

... que se inaugurará mañana en la Escuela de Artes de mi ciudad. Es una exposición de Arte Textil y no tiene desperdicio. Hoy he hecho esta foto durante el montaje y creo que mañana podré enseñaros más cosas. Eso si consigo un trípode decente, porque no me gusta nada el flash y las fotos de hoy me han salido pelín trémulas.

¡Mi hijo ha hecho este collar estupendo!

Tremenda pieza de diseño etnico, elaborada con resina polímera y endurecida en fuente térmica doméstica. Es decir: pasta Fimo al horno de casa. A mi criatura no le gusta nada hacer trabajos manuales pero este le ha quedado pefeto. Y no es pasión de madre! =)
Se lo ha currado para su entrenadora de baloncesto, porque le ha salido un trabajillo (a la entrenadora, no a mi niño. Todavía no pretendo vivir de él) y deja al equipo. Observese la cuidadosa selección de colores, que es un sutil homenaje a su equipo del alma. (¡Que no! ¡Que no es el Barcelona! ¡Pensad un poco...!)

Mi perrita va a estar divina.



La foto es mala de narices, pero necesito probar que esto me lo he tomado en serio!.

Paseos

Esto es una imagen de mi ciudad.
Una muestra de arte graffitero.

Con alfileres.

¡Qué verde estoy con estoooo ...!
Bueno. Voy a seguir un criterio. Primero mi propio desafío. ¡Acabaré una labor empezada!
Es un collar que le empecé a mi perrita.
Lo comencé en Semana Santa, durante una nevada tremenda en la casa de mis sobrinos, en Pirineos. (Es que tengo unos sobrinos muy mayores. Y muy majos). Después de comenzar el macramé me dí cuenta de que me quedé corta de diametro del cuello, pero hoy le he añadido más longitud de hilos. En caso contrario mi chucha perecería ahogada. Y no es plan. La quiero mucho. En cuanto lo acabe os enseñaré el invento. Como veis es una especie de free form adaptado al mundo perruno.

¡Acepto el reto de Themis!

Aunque hoy no me vaya a dormir; aunque mañana tenga unas ojeras de espanto; conseguiré colgar estas fotos de mis zapatos.

Digamos que estos son mis zapatos capricho. (Casi ni los he utilizado en cuatro años. Pero me encantan. Sobre todo el ruido del taconeo)



Estos otros son los de vivir (cuando no llueve).




Estas son mis zapatillas sanas. Las uso para hacer deporte y para bailar. (Podreis observar que tengo un problema con la derecha y la izquierda):




Estas son mis zapatillas paradógicas (¿Quién puede usar unas zapatillas de baloncesto con lorzas?):

...Y estos son los que probablemente sean los más yo. Son las que más uso en mis paseos. Son troteras, cómodas y prácticas. Busqué unos yuyos para el tortugo de Themis. Despues de todo, es ella la que ha provocado todo esto.



Pasad un día bellísimo.

En hilvanes.

Antes de nada me presentaré. Mi nombre no es Penélope, por supuesto. Tampoco tengo 102 años pero sí que soy acuario y caballo. Desde que era pequeña recuerdo que por casa siempre había una labor de punto comenzada dando vueltas por todos lados. Mi madre era muy creativa (tuvo siete hijos) y tejía un montón. Especialmente recuerdo un par de calcetines. Suavísimos, de lana jaspeada marrón, perfectos en el talón y en la puntera... Bueno eso uno, porque el otro jamás lo terminó. El segundo calcetín dormía en el interior del ovillo, con las cinco agujas asomando. En teoría eran para mi hermano mayor, que me llevaba ocho años, pero la última vez que los ví noté que a mí ya me hubieran quedado pequeños. Nunca le pregunté a mi madre por qué no los remató. Sólo quedaba la puntera... Ahora la entiendo mejor. Yo también tengo trescientos trabajos sin concluir. Bueno, ha sido por esos calcetines por lo que me he decidido a arrancar este bitácora. Me los ha recordado los Swapetines fantásticos que he encontrado en vuestros blogs. Eso y un mimo genial que Themis me ha regalado... ¡aún sin tener dónde colocarlo!. Tampoco se muy bien cómo funciona esto de los mimos, ya me enteraré pero tendrá que ser mañana porque hoy ya se me ha acabado el tiempo que le puedo dedicar a escribir .
Me llamo Bego y tengo 42 soleados inviernos.