Penelopeida.

...porque Tsa-Tsa es perra de fino olfato y sabía desde el primer momento quién había dejado el gorro en el bosque. [Esto viene de ayer y antes]

Ni más ni menos que...
¡¡¡Uluises!!!

Sí. Uluises ha vuelto.

¡Uluises-Alejandro-Miguel! Exclamé con el corazón henchido en gozo. ¡Al fin!

Así que, sin más dilación, voy ha hacer lo que tan largo tiempo he esperado. Acabo de enrollar todas las lanas e hilos que he podido meter en mi valija y... ¡me voy a ver mundo!

No es que me importe el haber descubierto un par de escamas de sirena de la solapa de mi esposo (al fin y al cabo seguramente yo llevo alguna crin de centauro entre las sayas). No. Las he sacudido descuidadamente sin prestarles mucha atención, pero... es que ¡hay tanto que tejer por esos mundos...!
Terra Incognita
Metro de Tokyo por si acaso
¡Nada! Me llevo unos cuantos mapas y me iré a conocer otros paises, otros reinos, otros mundos. Un auténtico placer el haberos conocido. Seguro que nos volveremos a entretejer en esta red.

No parece demasiado peligroso el mundo ahí fuera. Nada para una tejedora. Ahora habrá que empezar a escribir la Penelopeida.


:)

¡Ya sé por qué...

...mi perrita [en el centro] estaba tan contenta! En cuanto llegué a casa acabé el gorro. Pero ella no dejaba que nadie se acercara, porque...

[continuará!]