Con la lana que me sobró de los patuquillos me empeñé en hacerme unos calcetines. Pero como no tenía agujas los hice con ganchillo.
La lana la compré en Barcelona, siguiendo meticulosamente las direcciones que dejaron en sus blogs Cibernekanekane y una vez más Lara Croft. Gracias majas.
Con la lana que arramplé en la preciosa Barcelona subimos a Pirineos pasando por la Costa Brava. Aquí me estoy probando un prototipo calcetinero dentro de la tienda de campaña.
Los vecinos de camping estaban encantados con nosotros. Creo que esperaban que les tejiera unos gorros, peeeeero me quedé sin lana. De hecho podeis ver que partí del tobillo por si acaso no tenía suficiente material. Luego, una vez tejidos los dos pies, subí hasta acabar con el ovillo.
Después de entrenar con los patucos del bebé gnomo, pensé que estaba lista para tejer lo que siempre había querido: Unos calcetines con dedo gordo para llevar con sandalias. (Lo siento. A mi me gusta llevar calcetines con sandalias. Si quereis podemos abrir un debate)
¿A que parece que tengo dedos dedos de jabalí?
También me compré en Barcelona unos zuecos. La tentación fue mucha. Y son suecos. Y de colorines. No pude resistir.