
Se lo ha currado para su entrenadora de baloncesto, porque le ha salido un trabajillo (a la entrenadora, no a mi niño. Todavía no pretendo vivir de él) y deja al equipo. Observese la cuidadosa selección de colores, que es un sutil homenaje a su equipo del alma. (¡Que no! ¡Que no es el Barcelona! ¡Pensad un poco...!)
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